"A un libro como el suyo, Martini no le hubiera aplicado su expeditivo método de lectura. Apenas una ojeada a la portada, a la introducción y al índice, en busca de la esencia. "El cardenal ha dicho siempre que cada libro tiene una sola idea. Él la encontraba enseguida". Lo cuenta Gregorio Valerio, que fue secretario personal de Carlo Maria Martini en sus últimos años como arzobispo de Milán. Valerio guarda en el despacho de su casa parroquial, en una barriada milanesa modesta, montones de libros, recuerdos variados y discos de música clásica regalados por su eminencia.
Lo mejor del cardenal lo conserva en la memoria. Por ejemplo, ese pasmoso método de lectura, gracias al cual leía en tiempo récord muchos de los libros que llegaban a diario al palacio arzobispal. Yendo al grano, dejando de lado lo superfluo. Un método inaplicable para su último libro, Coloquios nocturnos en Jerusalén, porque no contiene una única idea. Estamos ante su testamento espiritual y personal (...)
En los coloquios redactados por Georg Sporschill, jesuita austriaco de 62 años, Martini habrá apreciado también ese impulso, orgé en griego, como le gusta decir al cardenal; esa cualidad vital que caracteriza a las obras inspiradas. Su publicación, en alemán, ha levantado ya la polvareda que suele acompañar a las declaraciones de Carlo Maria Martini. Infatigable buscador de verdades, este turinés de buena familia parece conservar intacta a los 81 años la capacidad de remover las aguas estancadas. Sin apenas levantar la voz, diciendo cosas que se alejan siempre del runrún oficial, de los lugares comunes..."
Muchos seguidores del cardenal liberal esperan este texto con expectación. Saben, por los resúmenes publicados, que recoge una conversación sin reservas con Georg Sporschill. Los dos se conocieron hace un par de décadas, en Viena. "El cardenal daba un cursillo para sacerdotes y trabajadores sociales de cárceles", recuerda el autor. A partir de ahí surgió la amistad. Sporschill admiraba al cardenal, y Martini siempre se interesó por el trabajo del austriaco, que se ocupa de los niños de la calle de Bucarest. Así, entre los dos, fue tomando cuerpo la idea de un encuentro a tumba abierta sobre las grandes cuestiones de la Iglesia, y las opiniones más personales del cardenal. "Le visité en Jerusalén tres semanas, a lo largo de varios meses. Cuando estaba allí, nos veíamos diariamente, conversábamos horas y horas, siempre que su salud lo permitía", precisa Sporschill a través del correo electrónico.
El resultado es un libro delgado, pero de contenido denso, y polémico. Martini confiesa en él las dudas que le han atormentado durante años. Su dificultad de comprender las razones de Dios para hacer sufrir a su Hijo en la cruz. Siendo ya obispo, Martini considera insoportable, a veces, la contemplación de un crucifijo. Tampoco era capaz de aceptar la muerte, hasta que un día comprendió. "Sin la muerte no nos entregaríamos totalmente a Dios. Nos quedarían salidas de emergencia abiertas". El cardenal emérito confiesa que soñó durante años en la posibilidad "de una Iglesia en la pobreza y la humildad, independiente de las potencias del mundo". Hoy ha dejado de soñar. Aun así, pide valor a la Iglesia para transformarse. Para aceptar que el mundo cambia. Aunque sólo fuera por puro pragmatismo, tendría que abrir los brazos a los sacerdotes casados, valorar la hipótesis de la ordenación de mujeres.
El País, 13 de julio de 2008
3 commenti:
he leido el libro y me parece fascinante. recomiendo su lectura a todos los cristianos de buena voluntad amantes de la libertad de Dios. un abrazo leedlo no se arrepentireis
Me gustaría que el Card. Martini, al cual tanto aprecio, que nos regalara un"addendum" con el título"Diálogos diurnos en Roma"
Anónimo
El libro Coloquios Nocturnos en Jerusalén, parece llamado a ser un ícono del nuevo milenio, ya que levanta tantas opiniones, que ni siquiera la mejor campaña de publicidad podría haber conseguido.
Nace casi sin pecado original, ya que su autor difícilmente pueda ser tachado de marxista, tercermundista o anticlerical, baste recordar que quizás hoy podría llevar otro anillo en su mano y qué decir de la editorial, sin dudas una de las más prestigiosas dentro del mundo católico, al menos de habla hispana, un sitio recurrente para todos aquellos que disfrutamos de literatura con contenido, con ese perfume maravilloso que es el leer lo nuestro y así enseñárselo a nuestros hijos.
Estos dos elementos lo sitúan en un plano superlativo y seguramente lo convertirán en un best – seller, no los que disfruten con su lectura y lo recomienden, sino los que lo contradigan e impulsen a leerlo y el tiempo dirá si esto es así o pasa exactamente lo contrario.
Obviamente que muchas de las ideas que plantea son fuertes, difíciles de asimilar, pero el debate de ideas nunca viene del todo mal, quizás algo se pueda sacar en limpio.
Cuando me preparé para mi primera comunión se hacía en un año, desde hace tiempo la preparación en muchos países es en dos, y en algunos lugares hasta en tres, antes se la podía tomar a los siete años ahora a los nueve, cuando aprendí el Padre Nuestro era de una forma luego cambió, comulgué bajo las dos especies en un retiro espiritual de la Acción Católica en 1.969, en una hecho insólito en mi vida, luego se hizo cada vez más común y hoy se recibe en la mano, y así la lista puede seguir, alguien lo pensó, alguien lo propuso, alguien lo apoyo y seguramente otros no, sin embargo no chocaron los planetas por esas ni por ninguna otra cosa y la lista podría continuarla casi hasta el infinito.
Pero hay un tema recurrente y es el relacionado con la sexualidad, en el cual sería muy bueno e ilustrativo que se le diera el mismo tratamiento y la misma difusión a la castidad conyugal que a otros aspectos, tal el caso de los divorciados en nueva unión, ya que todo parece formar parte del mismo capítulo y con ligeras variantes de la misma problemática.
Si el tema del acceso a los sacramentos está vedado para quienes tienen una nueva unión y no viven en completa abstinencia y se lo menciona cada vez con mayor intensidad, me cuesta entender porque el mismo tratamiento no se da para quienes estando casados sacramentalmente llevan una vida plena, sin apelar exactamente a métodos naturales.
Este tema, que también es tratado en el libro no es nuevo, en el Sínodo algunos obispos también plantearon la situación de los divorciados en nueva unión e independientemente que no haya alcanzado para producir ningún cambio, la situación quedó lo suficiente instalada, con lo cual libros más, libros menos, sigue y seguirá vigente.
En el pasado reciente la escultura de una rana verde crucificada instaló nuestra fe en los medios, más cercano fue la campaña de la asociación italiana Teléfono Donna contra la violencia de género, que muestra la imagen de una mujer en un lecho en una posición que parece la de la crucifixión de Cristo, que también dio bastante que hablar en los medios de varios países, al menos en Europa, sin contar algún que otro hecho de magnitudes superlativas, nada de todo esto y mucho menos el libro en cuestión han mellado mi fe y quiero suponer que tampoco la de varios otros.
Por todo esto, bienvenido el libro, bienvenido el debate, bienvenidas las ideas, bienvenido todo aquello que con respeto nos haga sentir que estamos vivos y si hay cambios también bienvenidos y si no los hay, Dios sabrá porque no suceden.
Nuestra Iglesia tiene 2.000 años y ni esta publicación, ni ninguna idea trasnochada, de un signo o de otro (porque lo que produce urticaria, no es de un solo color) la destruirá, así que tranquilos, cada uno a seguir en el camino, tratando de ser con nuestra conducta un verdadero ejemplo para los demás, que quienes nos vean puedan decir, ese es cristiano y su vida es verdadero testimonio.
Nuestro blog (www.labarcaglobal.blogspot.com) está hecho por y para católicos divorciados en nueva unión y desde allí nos hemos eco no sólo del libro, sino de las aspiraciones, sueños, dolores y angustias que la problemática genera, de las cuales algunas están plasmada en Coloquios…, y no por ello lo compartimos en plenitud ni suponemos ser merecedores de ninguna amonestación por haber tenido acceso a su contenido.
Mundy
labarca@ymail.com
www.labarcaglobal.blogspot.com
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